Bodas

Esta novia de 77 años lució un traje pantalón a medida para celebrar su boda en Manhattan

En busca del dos piezas perfecto, a la altura de la ocasión, Barbara Guggenheim recurrió a su sobrina, Isabel Wilkinson Schor, fundadora de Attersee
Esta novia de 77 años lució un traje a medida para celebrar su boda en Manhattan
Stefano Ortega

Una novia mayor con un look de ‘chica cool’: Barbara Guggenheim llevó el traje pantalón más elegante, perfecto para novias de cualquier edad

Al principio, Barbara Guggenheim no quería que su boda trascendiera mucho: con 77 años, contrajo matrimonio con su ya marido Alan Patricof, de 89, en una ceremonia íntima en su apartamento de Park Avenue, en Manhattan, en diciembre de 2023. Pero, finalmente, accedió a salir en un artículo de The New York Times y, mirando atrás, se alegra de haberlo hecho.

"Recibí una llamada de una galerista que me dijo: 'Mi madre, una viuda de 70 años, leyó el artículo y empezó a tener citas por internet'", nos cuenta Guggenheim. "Solo con haber animado a una persona, mereció la pena".

Tras la celebración de otra boda de mayor envergadura a finales de enero, Guggenheim se brinda encantada a hablar largo y tendido sobre su look –un traje pantalón a medida de la marca Attersee, fundada por su sobrina Isabel Wilkinson Schor– con la esperanza de inspirar a otras novias. "Es un buen look para personas mayores, ¡y para cualquier edad!", apunta.

Para la boda civil, ya había sacado un traje de Dior de su armario, así que para la gran fiesta quería lucir algo nuevo. Y como clienta fiel de Attersee (cuando se le pregunta por sus piezas favoritas, suelta un "Dios, ¿cuánto tiempo tienes?"), no pensó en nadie más que en Wilkinson Schor.

Carey MacArthur

En cuanto a sus exigencias sartoriales, al parecer no hubo ninguna: "Era consciente del hecho de que tengo cierta edad y es mi segundo matrimonio, así que no quería ir de blanco, blanco. Quería un blanco roto. Y solo se podían enseñar ciertas partes del cuerpo. ¿Quién me iba a decir que los hombros al aire eran lo más ahora?

El evento, no una cena sentados sino un cóctel para más de 300 personas, tuvo lugar en enero en la institución neoyorquina Midtown The Grill. Es un restaurante muy apreciado por sus almuerzos potentes entre martini y martini (una elección perfecta para esta pareja de armas tomas: ella es una reputada asesora de arte y él un influyente inversor de capital riesgo), así que el traje pantalón iba que ni pintado.

Carey MacArthur
Carey MacArthur

Al principio, cuando acudió a las pruebas, Guggenheim pensó en ponerse un vestido túnica por los tobillos de Attersee confeccionado en satén duquesa de un tono hueso tirando a frío. Todo lo que necesitaba para completar el look eran unos pantalones pitillo de talle alto en el mismo tejido brillante, que había que confeccionar a medida, ya que no existían en el catálogo de Attersee.

En una prueba para el traje que tenía en mente, Guggenheim quedó impresionada por la chaqueta que Wilkinson Schor llevaba esa tarde: "Se puso todo el look, y luego se volvió hacia mí y me dijo: ‘Esa chaqueta es magnífica, ¿puedo probármela después?’", recuerda Wilkinson Schor. La diseñadora se quitó la prenda, se la dio a Guggenheim para que se la probara, y fue un flechazo. Con la tela sobrante que había utilizado para los pantalones de satén, Wilkinson Schor confeccionó una versión a juego de la preciada chaqueta Cecily de su marca: una americana sin hombros con botones ocultos y una silueta que se abre ligeramente en A.

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El resultado final fue un look elegante pero sutil, entallado pero delicado, atemporal pero moderno. "Creo que nunca me habían hecho tantos cumplidos", afirma Guggenheim. Como accesorios, pidió prestado un ear-cuff a una amiga de Wilkinson Schor, la joyera Ana Khouri, y lució sus propias pulseras de tenis de diamantes antiguos con unos mules de satén que encontró en el mismo tono en Toteme. "Cuando tenía 20 o 30 años, había que llevar zapatos exactamente a juego con el vestido. Me metí en Internet, tecleé ‘sandalias blanco roto’ y las encontré... Es increíble", añade.

Stefano Ortega
Stefano Ortega

En cuanto al peinado y el maquillaje, Guggenheim admite que improvisaron un medio recogido
–de hecho, había encargado que le hicieran un moño– porque se quedó dormida en la silla de la peluquería. "Casi me da un infarto, ¡pero en realidad me hacía el cuello más largo!", reconoce Guggenheim, como también que este efecto ‘bob’ combinaba a la perfección con el corte off-the-shoulders del traje.

En el evento, al que acudieron muchos amigos de la zona, pero también a un contingente de la costa oeste, donde Guggenheim vive la mayoría del tiempo, Wilkinson Schor recibió muchos elogios por el look de su tía y algunos encargos nuevos. "Gustó tanto que el lunes ya tenía tres pedidos" (una invitada incluso le pidió el traje en dos colores, como look de novia para las próximas nupcias de su hija).

Stefano Ortega

Para Wilkinson Schor, es la confirmación de que ha cumplido todo lo que se propuso lograr con su línea: “Fue un sueño; suena a tópico, pero mi madre, su hermana y Barbara me han inspirado muchísimo durante todos estos años; y en muchos sentidos, siento que siempre estoy diseñando para ellas de alguna manera", admite.

Aunque Attersee suele identificarse como una marca ‘de chica cool, está claro que la definición se queda corta. No solo viste a mujeres de todas las edades: las viste espectaculares (el post de Attersee de Guggenheim con su look nupcial, menciona su fundadora, fue uno de los que más tráfico han generado en Instagram en los dos últimos años). En cuanto a Guggenheim, está encantada de inspirar ilusión a un montón de novias de cualquier edad: “Vamos a ser el grupo demográfico más importante”, añade. "Novias mayores al poder, cada vez va a haber más".

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com

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