A punto de cerrar el año y con la puerta (casi) abierta al próximo, ha llegado el momento de hacer balance de los últimos doce meses. Y no solo en moda, belleza y decoración hemos vivido momentos que pasarán a la historia. El terreno nupcial ha dejado celebraciones para el recuerdo: mesas preciosistas, vestidos de novia de ensueño y fiestas por todo lo alto. Esta es la mejor y con oportunidad para recordar las bodas más vistas en Vogue en este 2023.
1. La boda de María y Miriam: una masía y un romance de película
María y Miriam se conocieron en plena pandemia mientras ambas trabajaban como enfermeras. Tras un viaje a Paris y con la torre Eiffel de testigo se comprometieron.
El enlace tuvo lugar en la Masía Mas D’Alzedo, un espacio ubicado a pocos kilómetros de la capital valenciana. La temática de su boda estuvo marcada por los viajes, como guiño a su pedida de mano. Para la decoración del espacio contaron con el equipo de Sayas, que engalanaron el lugar con tonos naranjas, verdes, blancos y rosas. Algunos de los detalles más emotivos de la celebración fueron las láminas de Elimartinez.studio.
Para los looks nupciales ambas escogieron trajes formados por dos piezas. María lució un estilismo protagonizado por una falda y un top de la firma valenciana Savage. Miriam optó por un traje de pantalón y top, con una capa fluida de la firma Otaduy.
Mónica, española de padres chinos, y Javier, sevillano de nacimiento, escogieron la finca El Pino de San José para la celebración de su boda, donde reunieron a sus 400 invitados.
Se casaron el pasado mes de junio en Sevilla, en un enlace que se ajustó a la perfección a ambas culturas. Comenzaron la ceremonia con trajes convencionales occidentales, que después sustituyeron por los trajes tradicionales chinos.
Para la decoración del espacio se decantaron por tonos que no fuesen blancos, pues en la cultura china es sinónimo de luto. Por ello usaron una gama cromática muy llamativa, donde los tonos rojo fueron los grandes protagonistas, color de la buena suerte en la cultura China. Como el espacio ya tenía un encanto particular, incluyeron pequeños detalles florales como guirnaldas colgantes y pequeños centros sobre las mesas. Durante el convite quisieron reflejar una vez más lo mejor de ambas partes, un buen jamón y un exquisito vino, que encajaron a la perfección con la abundancia característica en los enlaces chinos.
3. La boda minimalista de Carla y Edu
La pareja se conoció de casualidad cuando ambos entraron a trabajar en el mismo sitio, fue el destino el que los llevó a compartir mesa y comenzar su historia de amor.
Para la celebración querían un lugar que fuese especial para ambos, por lo que se decantaron por Aldan, un municipio gallego protagonista de los veranos de su infancia. La boda estuvo marcada por la esencia de cada uno de ellos y un ambiente distendido que consiguió transportar a sus invitados a una noche de verano.
Para la decoración se centraron en ensalzar el espacio, dejando la naturaleza de la finca como el absoluto protagonista. Contaron con proveedores artesanos locales para añadir pequeños detalles decorativos, como piezas de cerámica, peanas y discretos adornos florales. La paleta de colores también siguió la temática natural del espacio, usando tonalidades beig, blancas y verdes.
4. La boda en la Toscana española de Helena y Nacho
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La culminación de su historia de amor fue su boda el pasado abril en la Costa Brava. El lugar escogido por la pareja para la ceremonia fue Baix Empordá, una localidad conocida como la Toscana española, donde Helena ha pasado sus mejores veranos. La celebración fue en Mas Sendra, una antigua masía catalana del siglo XVI.
En la decoración no faltaron los toques campestres propios de la zona, un homenaje a la artesanía y a la naturaleza que engalanó todo el espacio. “La mayor inspiración fue el propio Empondrá y la bienvenida de la primavera". En las mesas destacaron los jarrones, los candelabros de terracota y una gran variedad de flores primaverales como tulipanes, narcisos o anémonas.
Para su boda en la Costa Brava Helena lució un diseño vaporoso y con inspiración lencera de Teresa Helbig. Como detalle Helena añadió un abrigo con cola y mangas voluminosas.
5. La boda de Paula y Carlos: una finca familiar repleta de naranjos
Bajo los naranjos y el cálido sol sevillano Paula y Carlos celebraron una boda de ensueño. Un enlace marcado por la arquitectura y la estética andaluza, que tuvo lugar en Real Parroquia de Señora Santa Ana. Para la temática se dejaron guiar por la naturaleza propia del espacio, una hacienda de naranjos de la familia de Carlos. Con la ayuda de Flowers by Clara y del equipo de la finca lograron un escenario repleto flores en tonalidades naranjas y verdes.
Para su vestido Paula se inspiró en el verano, con un diseño vaporoso y asimétrico, que combinó con accesorios de la misma tonalidad de las flores. Quiso dar protagonismo al color verde, y lució ramo y zapatos en ese tono.
6. Elena y Javi: dos celebraciones y tres vestidos de novia
Elena y Javi celebraron su amor en dos ocasiones diferentes: la primera tuvo lugar en Requena rodeados de sus familiares, y la segunda una fiesta con amigos en Marrakech.
La primera ceremonia se celebró en el Claustro del Museo Municipal de Requena, seguida de una comida en Finca Cor Ví. Todos los vestidos que lució Elena fueron obra de su amigo Juan Vidal.
El siguiente fin de semana llegaría la segunda celebración, 70 amigos se embarcaron en un viaje hasta Marrakech, con el Atlas como protagonista. El primero de los tres looks de Elena fue para su ceremonia civil y se decantó por un vestido corto estilo camisero y unos slingback en color blanco de Prada. Para la cena de bienvenida en Marrakech, Elena lució el siguiente vestido, denominado Lucky. Durante la celebración con sus amigos Elena se decantó por un diseño de su amigo Juan Vidal muy minimalista y fluido. Una celebración en mayúsculas que ambos recuerdan como un auténtico sueño.
7. Una celebración marcada por la primavera
Marta y Marcos se conocieron hace más de siete años a la salida de un concierto. La música se ha convertido en un pilar fundamental para ambos, además de estar entre el público, la pareja comparte escenario con su grupo, Marcos y Molduras.
La pareja celebró su gran día en la finca La Mejorada, en Valladolid, con una fiesta inspirada en la primavera. Una temática que llevaron a todos los elementos del enlace, desde las invitaciones, decoración floral, hasta el dress code. El escenario que escogieron les parecía tan especial, que ambos consideraban que no necesitaban incluir más detalles. La lavanda fue otro de los grandes protagonistas, y el cual adornó gran parte de los detalles. Algunos elementos decorativos como las cerámicas de las mesas o las invitaciones fueron obra de Marta.
Para cerrar un día memorable la pareja contó con la actuación de Mujeres, el mismo grupo de música que hizo que se conocieran.
8. La boda en Mallorca de Inés y Francesc: un vestido vintage muy especial
Para su boda en Mallorca la pareja usó como temática una estética festivalera y de verbena, guiño al día en el que se conocieron. En esta ocasión fue Inés quien decidió orquestar la pedida a Francesc, con la ayuda de sus amigos y en el mismo festival donde comenzaron su historia.
Para su look Inés se decantó por un vestido muy especial, un diseño que que encontró en el Rastro de Madrid y que el equipo Larriba Atelier adaptó y actualizó. Un traje compuesto por un camisón de encaje de Alençon, y una falda de seda de 100 años de antigüedad. Con la ayuda del equipo de Larriba Atelier, consiguieron un vestido de ensueño tras sustituir los anteriores desperfectos por una bámbula de seda que actuaba como capa.
La celebración tuvo lugar en la Finca Binissati, rodeada de encinas, las cuales marcaron las tonalidades de la decoración. Para ensalzar la esencia propia de la finca la pareja utilizó colores beig, madera y verdes. El aire mallorquín se vio reflejado en el resto de elementos como el banco de la ceremonia, el seating plan o el photocall.
9. Una celebración estilo años 60 y un vestido desmontable
Como escenario para su gran día Pati y Jaime se decantaron por La Manga del Mar Menor, lugar que les ha visto pasar todos sus veranos desde su niñez
De la mano de Cordero Atelier orquestaron toda la organización y la decoración del espacio. A pesar de que ambos son madrileños quisieron utilizar una estética de playa vintage, con sombrillas, telas a rayas, copas azules y manteles amarillos de cuadros Vichy.
La ceremonia tuvo lugar en Parroquia de Santa María del Mar, y para su vestido de novia Pati apostó por Romancera. Un diseño romántico desmontable con tres piezas: corsé, falda y un vestido mini que se iba acomodando en las diferentes etapas del enlace.
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