Deporte femenino

5 chicas unidas por un sueño: así encara el equipo nacional de gimnasia rítmica su participación en los Juegos Olímpicos de París

Disciplina, entrega y complicidad: la selección de gimnasia rítmica hace piña ante uno de los momentos cumbres de su carrera deportiva
Así encara el equipo nacional de gimnasia rítmica su participación en los Juegos Olímpicos de París
Fotografía: Yago Castromil / Estilismo: Patricia López

Si no fuera por los llamativos maillots y las punteras de color nude, parecerían unas chicas cualquiera sentadas en un banco inmersas en sus respectivos teléfonos móviles. En los descansos entre foto y foto de esta sesión, Inés Bergua (Huesca, 2004), Mireia Martínez (La Pobla de Vallbona, Valencia, 2005), Patricia Pérez (Sueca, Valencia, 2004), Ana Arnau (Madrid, 2005) y Salma Solaun (Vitoria, 2005), integrantes todas ellas de la selección española de gimnasia rítmica, se relajan con total naturalidad, pero cuando toca posar no se despegan ni un ápice de las formas requeridas buscando siempre, eso sí, las miradas cómplices de sus compañeras. Se nota que tienen callo en esa cualidad tan poco al alza hoy en día como es la disciplina, pero también en otra que es tanto o más importante que la anterior: hacer piña. “La gimnasia te aporta muchísimos valores, sobre todo el compañerismo porque vivimos juntas. Nos cuidamos unas a otras, al fin y al cabo somos un equipo, tanto en el deporte como fuera”, explica Arnau. Lo de convivir es literal: todas ellas dejaron atrás sus domicilios familiares para residir en el centro de alto rendimiento Joaquín Blume, situado en Madrid, un cambio que sin duda les ha permitido dar un salto cualitativo en la disciplina que comparten, pero que también ha conllevado un nivel mucho más alto de implicación y de responsabilidad. “El hecho de estar rodeadas de otros deportistas que están en nuestra misma situación y tienen las mismas obligaciones hace que sea todo más fácil. Además, nosotras estamos muy unidas y nos ayudamos en todo”, reconoce sincera Martínez. Algo que también confirma su compañera Inés Bergua. “Sin duda nos ha hecho madurar antes que otras personas o de forma distinta. Pero es el trámite que tenemos que pasar para profesionalizarnos, nuestro trabajo es entrenar todos los días y competir por ello”.

De izquierda a derecha: Mireia Martínez lleva pendientes Positano de baquelita color marfil, bañados en oro, de MAISON AURÉLIE BIDERMANN; Ana Arnau lleva pendientes Positano de baquelita color bermellón, bañados en oro, de MAISON AURÉLIE BIDERMANN; Patricia Pérez lleva pendiente de aro TOUS MANIFESTO con baño de oro 18 kt sobre plata y detalle colgante con esmalte en color verde, de TOUS; Inés Bergua lleva pendientes Positano de baquelita color esmeralda, bañados en oro, de MAISON AURÉLIE BIDERMANN; y Salma Solaun lleva pendiente suelto de aro TOUS MANIFESTO en plata de primera ley y detalle colgante con esmalte en color azul, de TOUS. Todas llevan sus propios maillots. Aro y cinta de gimnasia rítmica, todos de AMAYA SPORT DISPONIBLE EN MUNDO CRYSTAL; pelota para gimnasia rítmica amarilla, de RITMIKOVA; y pelota para gimnasia rítmica azul, de DOMYOS DISPONIBLE EN DECATHLON.

Por si la vida de gimnasta de élite no fuera suficiente, estas veinteañeras compatibilizan su entrega a la selección –a la que dedican entre 7 y 10 horas diarias al entrenamiento, ahora que ha arrancado la temporada– con sus respectivos estudios: Inés, Derecho; Mireia, Arquitectura; Salma, Ingeniería Matemática; Patricia, Medicina; y Ana, Business Analytics. No hay atajos ni caminos fáciles, tampoco en el plano académico. “Creo que el hecho de tener tareas con las que desconectar de la parte deportiva es muy beneficioso. Viven rodeadas de atletas en un ambiente donde solo se habla de resultados, de conseguir tus metas y de cumplir tus sueños”, explica Alejandra Quereda, seleccionadora del equipo en las modalidades de individual y de conjuntos. Sabe bien de lo que habla: tanto ella como Ana María Pelaz, entrenadora del equipo nacional, cultivaron otras facetas cuando eran gimnastas en activo: hoy Quereda es médico; y Pelaz, profesora.

Un nivel de exigencia y de sacrificio que ha facilitado que, de un tiempo a esta parte, el trabajo psicológico se haya priorizado hasta prácticamente equipararse al físico. Ejemplos no faltan: aunque lo suyo es la gimnasia artística y no rítmica, Simone Biles es, sin duda, un referente en esta disciplina. La deportista se retiró de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021 para proteger su salud mental y tardó dos años en reincorporarse a la competición de alto nivel. Arnau lo explica así: “Como deportista de alto rendimiento, la preparación física es igual de importante que la mental. De ahí que contemos también con psicólogos. Es una lesión más y se le debe dar la misma importancia”. “Tenemos un objetivo y el camino para alcanzarlo es muy largo y hay muchos escalones”, apostilla Martínez.

De izquierda a derecha: Ana Arnau lleva pendientes Positano de baquelita color bermellón, bañados en oro, de MAISON AURÉLIE BIDERMANN; Patricia Pérez lleva pendiente de aro TOUS MANIFESTO con baño de oro 18 kt sobre plata y detalle colgante con esmalte en color verde, de TOUS; Mireia Martínez lleva pendientes Positano de baquelita color marfil, bañados en oro de MAISON AURÉLIE BIDERMANN; y Salma Solaun lleva pendiente suelto de aro TOUS MANIFESTO en plata de primera ley y detalle colgante con esmalte en color azul de TOUS. Las gimnastas llevan sus propios maillots.

Cuando se trata de una modalidad en la que la preparación psicológica es tan importante, saber gestionar y relativizar las victorias y los errores es parte fundamental del proceso de crecimiento. “Tenemos que rodearnos de gente que de verdad nos apoye, nos quiera y nos anime cuando las cosas no salen muy bien. En el deporte de élite, si no fallas, si no te caes, luego es imposible resurgir y levantarte”, reflexiona Bergua. “Este deporte te da muchas fortalezas: formación, organización, control de emociones y gestión de la ansiedad, aspectos que ellas han ido trabajando desde pequeñas”, apunta Quereda. Una fortaleza mental que también las ha ayudado a ser conscientes de que, aunque sus rutinas están muy alejadas de las de las chicas de su edad, el objetivo merece sobradamente la pena. “Está claro que no tenemos una vida normal porque lo que hacemos es extraordinario, pero renunciamos a algunas cosas a cambio de otras porque tenemos la oportunidad de participar en campeonatos europeos, mundiales, Juegos Olímpicos y muchas más experiencias que muy pocas personas de nuestra edad tienen la suerte de vivir. No tenemos esa libertad de salir cuando queramos, viajar todo lo que nos gustaría por ocio o comer cuanto quisiéramos. Pero es parte del sacrificio que tenemos que hacer para estar al otro lado”, explica con una asombrosa madurez Bergua.

Patricia Pérez lleva su propio maillot y pendiente de aro TOUS MANIFESTO con baño de oro 18 kt sobre plata y detalle colgante con esmalte en color verde, de TOUS. Mazas para gimnasia rítmica azules, de RITMIKOVA.

Ana Arnau lleva su propio maillot y pendientes Positano de baquelita color bermellón, bañados en oro, de MAISON AURÉLIE BIDERMANN. Pelota para gimnasia rítmica azul, de DOMYOS DISPONIBLE EN DECATHLON; y resto de pelotas para gimnasia rítmica, de RITMIKOVA.

Ahora mismo estamos aquí cinco, pero somos muchas más (once en total en este momento). Nos apoyamos en todo, en los buenos momentos pero, sobre todo, en los malos. Estamos ahí para cualquier cosa que necesitemos, somos como hermanas”, explica Arnau. “Estamos superconectadas, somos un equipo muy compacto y creo que eso luego cuando competimos se nota. Tenemos una especie de telepatía y nos comunicamos con solo mirarnos”, remata Pérez. Esa fuerte conexión explica, en parte, que el conjunto fuera el primero español clasificado para los Juegos Olímpicos de París gracias a la medalla de plata que consiguió en el Mundial de Gimnasia Rítmica en 2022. “Para nada teníamos en mente conseguir esa plaza. Cuando lo supimos empezamos a saltar de alegría porque es el sueño de todas desde muy pequeñitas”, confiesa Solaun rememorando aquel momento. La preparación del equipo para la cita olímpica se trabaja desde entonces a fondo, pero sin locuras. Es –casi– como una competición más. “A nivel físico difiere poco de una temporada normal. Para nosotros la preparación es prácticamente la misma, las horas de entrenamiento no cambian”, explica Quereda. “Sí que es cierto que estamos haciendo un refuerzo importante. Trabajan con su psicóloga deportiva y, en nuestro caso, tratamos de ponerlas en el día a día en situaciones muy diversas para que tengan entrenada cualquier tipo de reacción. Intentamos transmitirles que esta competición es única por la visibilidad que tiene y por la expectación que hay alrededor. Hay que saber trabajar bajo presión pero, al mismo tiempo, no presionarse demasiado. Y también les insistimos en que tienen que disfrutar al máximo de esta experiencia porque es única”, concede la seleccionadora. París espera a estas cinco chicas aparentemente normales, pero tocadas por la varita mágica del talento y del esfuerzo. Ojalá tengan su recompensa.

Estilismo: Patricia López.
Ayudante de fotografía: Laura F. Izuzquiza.
Ayudantes de estilismo: Anais Moreno y Leah Gasamáns.
Producción: Julieta Sartor.