Cassie Levy dio con su vestido de novia antes incluso de comprometerse. Pero no es la típica novia maniática que mide al dedillo cada paso antes de pasar por la vicaría. La prueba es que lo encontró en Instagram.
La primera vez que Levy vio el que sería su vestido fue cuando su amigo Nick, responsable de compras de la tienda online SSENSE, publicó en sus stories una foto de un vestido de Collina Strada: “En cuanto lo vi me dije: ‘Esto es lo más bonito que he visto en mi vida’. Ni siquiera sé por qué hice una captura de pantalla. Simplemente me encantó. Para mí es como una obra de arte: me emocionó".
Levy ya no se quitó el vestido de la cabeza, hasta el punto de que, cuando ella y su marido (Mat Cuffaro) se comprometieron, pensó en él al instante. Aun así, primero valoró otras opciones: "Iba a las citas de SSENSE a probarme vestidos de Dolce. Pensé en el estilo de Kourtney Kardashian con el vestido corto de la firma y ese velo tan largo y barroco", nos cuenta. “Creo que mi madre estaba un poco triste porque no iba a ir a Kleinfeld's y hacerlo todo con ella”. Y es que Levy siempre acababa volviendo al vestido de Collina Strada: “Se me quedó grabado”.
Perteneciente a la colección de primavera de 2023, el vestido, vaporoso y sutilmente rosado, cuenta con apliques florales y una cola asimétrica que sale de la cadera. No es el tradicional vestido blanco de novia, pero es que Levy tampoco es la típica novia: "Hicimos todo lo que suele hacerse en las bodas, pero al m ismo tiempo queríamos que fuera lo menos tradicional posible", afirma. El banquete fue en un restaurante de Montreal, a lo que siguió una animada fiesta.
Para Levy la fiesta era más importante que el vestido: sabía que el atuendo elegido tenía que encajar en su boda, y no al revés. "El ambiente era el de una cena con una alocada fiesta después. Lo hicimos en un restaurante y el vestido tenía que encajar allí, así que no podía ser el típico vestido de novia. Habría desentonado".
La pareja tenía ganas de correrse una buena juerga, pero Levy quería que, así y todo, el vestido fuera adecuado para una boda. "El equipo de Collina Strada fue muy amable. Me invitaron a su showroom de Nueva York para adaptar el vestido a mi cuerpo y que me quedara perfecto para el gran día. También le pusieron una capa más sobre el trasero y el pecho y acortaron la parte delantera para que fuera un poco más sexy. Creo que fue el jefe de patronaje quien cogió unas tijeras y lo cortó llevándolo yo puesto".
El equipo de Collina Strada también la ayudó a dar al estilismo un par de toques nupciales: “Me diseñaron una liga y un velo a medida”. La liga fue, de hecho, la protagonista de la fiesta, en la que Levy lució un vestido camisero blanco y unas botas brillantes hasta la rodilla. Echando la vista atrás, Levy recuerda el día con cariño, en gran parte gracias a su decisión de llevar un vestido poco tradicional: “Cuando me puse el vestido, mis amigas me decían: ‘Sí, es éste. Es perfecto para ti’".
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com. Traducción y adaptación: Carmen Cocina.
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