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Las tendencias de bodas que NO veremos en 2024 no son las que esperabas

Seis propuestas, de la decoración nupcial a los looks de novia, que desaparecen de los enlaces este año
Tendencias de bodas 2024 que desaparecen de enlaces
Bodas Colorín.Plata.forma

Tendencias de bodas que pasan a mejor vida en 2024

Cada vez que comienza una nueva temporada nupcial, los novios más curiosos, exigentes y rompedores se aproximan a averiguar qué es lo que se llevará, desde la decoración floral a los looks para dar el ‘sí, quiero’. Sin embargo, es habitual olvidar lo contrario: las tendencias de bodas que no estarán presentes entonces, en el caso que nos ocupa, en 2024. Porque para que unas corrientes estéticas (o estructurales) se alcen como las dominantes, otras han de pasar a mejor vida, liberar ese hueco. Y desde este invierno hasta el próximo otoño dejaremos de ver hasta seis propuestas festivas que, hasta ahora, parecían casi perennes, reservadas a diferentes estilos de parejas, pero que ya, desde el prisma de la actualidad, están fuera del circuito de la moda.

ALLI WOODS

1. Nos despedimos de las torres de champán

Como si de un filme de los años 20 se tratara, las bodas de temporadas pasadas incorporaban las torres de champán para hacer aún más fastuoso y fotografiable el momento de la fiesta. Las copas Pompadour (a veces las tipo tulipa) se amontonaban en forma de pirámide en un rincón y los novios las llenaban de vinos espumosos o espumantes, del champán al cava, incluyendo el rosado, la sidra o incluso, en otra línea, el clarete, en algunos casos. Porque con ningún otro formato un brindis puede ser tan sofisticado como cinematográfico. Desgraciadamente, su momento de declive ha llegado, según nos contaban desde Bodas Colorín. “Después de un año viendo en cada boda las torres de champán, creemos que ya van a desaparecer o pasar un poco de moda. Ya tendremos que inventarnos algo nuevo. Aunque, ¡nos encantan!”. No obstante, por suerte para los amantes de la tendencia, su sombra aún es muy alargada en las redes sociales.

DÍAS DE VINO Y ROSAS

2. Decimos hasta la vista a los zapatos de novia con tonalidades fuertes

Rojos, mostazas, azules oscuros y otros colores llamativos eran el ingrediente divertido y creativo en los looks de novia hasta hace tan solo unos meses. Sin embargo, en 2024 la tendencia se acerca más a las tonalidades empolvadas, los colores más suaves de la paleta cromática e incluso las diferentes caras del blanco, del roto al beis pasando por el nude, con una gran presencia de sandalias de tacón sensato, calzado plano y mary janes. Atrás quedan los días en los que el contraste entre el vestido y sus accesorios era sinónimo de estilo. “En los últimos años se ha perdido la tendencia. En su lugar, regresan las novias con zapatos blancos, en clave minimalista”, nos contaba la wedding planner Carlota del Dedo, de Limbela.

Berta de la Presa
Dos más en la mesa
Dos más en la mesa
DeRando Studio Wedding

3. No es el mejor momento para los ramos de flores preservadas

Aunque en 2024 las novias más aventajadas, las primeras en adoptar nuevas tendencias de bodas, llevarán abanicos, paipáis y aros de flores, seguiremos viendo ramos como tradicionalmente los conocemos, eso sí, con gran influencia salvaje y silvestre, con cascada y con tallos y verdes a diferentes alturas. Por el contrario, diremos adiós a los diseños de flores preservadas que, si bien ofrecen la posibilidad de una mejor conservación tras la boda, obligan a renunciar al aroma y la frescura propias de las flores al natural.

4. Dejaremos de ver tocados de novia con flores artificiales

Las novias románticas suelen ser grandes amantes de las flores en el pelo, pero en 2024 apostarán por los tocados de flores naturales y frescas, a diferencia de aquellos elaborados con flores secas, artificiales, preservadas, de cerámica o de cera. Si bien, esas flores artificiales sí tendrán espacio anudadas al cuello, en formato choker, como también llevan, desde hace dos temporadas, las invitadas.

Fotografía: Cristina Marrodán

5. Las bodas tipo festival dejan paso al formato verbena

Quizá motivadas por la ola de la sostenibilidad o por la magia e intimidad que ofrecen las ceremonias en el campo, los enlaces de tipo festival (con neones, cañones de fuego frío, toros mecánicos, glitter bars y otros detalles que nos trasladan a discotecas de lujo y parques de atracciones) dejarán paso a los de estilo verbena. Y aunque en una lectura rápida podría decirse que son tendencias de bodas, con estéticas y estructuras similares, lo cierto es que no es así, hay matices que las diferencian. Las celebraciones de tipo verbena incorporan ese toque desenfadado, familiar y cálido, menos impostado y pomposo, propio de las festividades de pueblo, con iluminaciones con bombillas y con decoraciones en colores vivos, invitados naturales y no posados y un ambiente, en definitiva, más cercano al de un cumpleaños con seres queridos. En vez de Djs con miles de extras, destaca la música en directo. Es un detalle que ya nos explicaban desde el catering Ciboulette: “hay una tendencia cada vez mayor de impregnar el ambiente de fiesta desde el principio en las bodas. Con grupos de flamenco pop, cubanos, pop, soul e incluso rock, actuando desde la llegada de los invitados”.

Melissa Adams y Yago Castromil
Plata.forma
Dos más en la mesa

6. Adiós a las webs, hola a los perfiles de redes sociales

Tras la pandemia, asistimos a un resurgimiento y transformación del sector nupcial en el que las webs de los novios, con cuentas atrás e información sobre alojamientos de cara al gran día, comenzaron a ponerse de moda, por su practicidad tanto para los invitados como para los novios. Los primeros encontraban todo lo relacionado con la boda en un único lugar y los segundos podían recopilar datos sobre los convidados a través de cuestionarios y formularios de contacto. El concepto, aunque sigue a la orden del día, deja paso a los perfiles de Instagram privados, que diseña la pareja o un profesional de las redes sociales (ha nacido la figura del wedding content creator) y que permiten que, horas después de la boda, las primeras fotografías estén ya colgadas en esa cuenta. Una de esas tendencias de bodas que enamora a la generación Z y que, como los tiempos en los que vivimos, es consecuencia de la inmediatez que todo lo envuelve.