Novias

Vestidos de novia medievales: el fenómeno que se impone en las bodas más virales de la red reúne tejidos vaporosos, capas y mangas especiales

Las novias con sensibilidad se apuntan a esta tendencia que centra su mirada en las túnicas, las mangas de ángel, las mangas perdidas y el talle a la cadera en forma de U
Vestidos de novia medievales de Virginia Feito tendencia
Dos más en la mesa

Al igual que surge en otras artes y grandes obras de la historia, el mundo de la moda acostumbra a mirar al pasado para inspirarse. No solo lo hace en prendas prêt-à-porter o colecciones de alta costura, también en looks nupciales (especialmente en aquellos hechos a medida) que buscan, con ciertas influencias añejas, parecer más nuevos que ningún otro. Es así como en las redes sociales ha proliferado —entre las prometidas con cierto amor por lo vintage y una sensibilidad por las siluetas amplias— un interés por los vestidos de novia medievales en los que los tejidos y siluetas antiguas tienen mucho peso. Si bien muchas abrazan la tendencia impulsadas por la belleza de una estética y cortes que, en otras circunstancias, no vestirían, hay un pequeño grupo, algo romántico, que se siente atraído por la historia de los detalles que la componen. Porque sí, hay mucho de trascendental —más allá de la moda— detrás.

La historia de los looks de novia de inspiración medieval

Para entender de dónde viene y hacia dónde va este fenómeno estético, primero hay que situarse en el tiempo, más allá del momento actual y de las propuestas nupciales que hemos podido ver en los últimos meses. Nos trasladamos a finales de la Edad Media, en el periodo que va del siglo XII al siglo XV. Con el nacimiento de las primeras ciudades, en la moda femenina de occidente proliferan las sobrecotas algo más ajustadas (una especie de túnica o sobrevestido que se ubicaba encima de la ropa interior y encima, a su vez, de la cota —otra túnica o vestido—y que dejaba entrever las prendas que había debajo), el largo hasta el suelo, que llega a arrastrar, las mangas muy amplias y el talle situado bajo la cintura, en forma de U.

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El paso del tiempo en este periodo histórico hace que esas mangas perdidas o mangas de ángel, que resultan extremadamente largas, terminen anudándose y que las faldas acaben llevando cola (algo que podría considerarse muy nupcial, ¿no?). Ya a finales de esta etapa, en el siglo XV y con la moda de Borgoña o Gótico tardío, el sobreveste (heredero de la sobrecota) toma el relevo y destaca por el escote en V y el talle alto, que más tarde podría considerarse el antecedente del corte imperio y unos tocados muy elevados, que recuerdan a los capirotes (el único detalle que no ha calado en la actualidad).

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Vestidos de novia vaporosos, herederos de esta influencia

De aquella evolución de la indumentaria medieval, momento histórico en el que surge propiamente la moda tal y como la conocemos en nuestros días según numerosos expertos, nacen algunas de las tendencias en vestidos de novia que más gustan hoy en la red. Las más evidentes son, sin duda, la de los diseños vaporosos con mangas perdidas en vestidos y capas y la de las creaciones que apuestan por el fenómeno del ‘layering’, unas capas que superponen a otras en estilismos en los que todos esos juegos de superposición se intuyen a simple vista. Dos elecciones de estilo que están muy presentes en el trabajo a medida de la diseñadora andaluza Teresa Baena, tanto en propuestas con mangas que surgen desde una capa como en sobrevestidos repletos de minuciosos detalles.

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A todo ello se suman, a juzgar por las colecciones para 2024 y algunas de las últimas y más recientes bodas del año, los looks de novia con corte a la cadera. Muchos de ellos destacan justamente por ese talle a la cadera en forma de U que ya se llevaba en el medievo, una materia que el atelier de Castellar Granados defiende y aplica a la perfección y que hemos visto en sus novias más recientes.

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No obstante, el invierno saca a la luz a un sinfín de recién casadas anónimas que encuentran en las capas y capuchas (tan cinematográficas) la mejor inspiración, con tintes de Edad Media, para hacer frente al frío. Son, en sí mismos y por culpa de este característico accesorio, vestidos de novia medievales a los que no les hace falta mucho más. Como el de la novia que se encuentra bajo estas líneas (vestida de L’Arca Barcelona), a los que las prometidas se acogen especialmente en bodas celebradas en plena naturaleza. Un recurso fácil y nostálgico que, aunque se repite cada año, no deja de acumular ‘me gustas’ en diferentes redes sociales.

L'Arca Barcelona. WP: Pilar Barceló. Foto: Beto Pérez

Una tendencia romántica y ligada al diseño a medida

Por último, entre las novias Vogue también es posible rescatar esa influencia. Basta con bucear en las imágenes de la boda de la escritora Virginia Feito para reconocer ese efecto túnica y esas mangas anudadas, obra también de Castellar Granados, que podrían considerarse toda una actualización de las citadas vestimentas de los siglos XII y XIII. Y que, para quienes adoran viajar al pasado en estilismos para ocasiones especiales, resultan un auténtico disfrute para los sentidos.