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Patagonia lleva mucho tiempo siendo una marca de referencia para esa parte de la industria que aún cree que la moda puede ser una fuerza benefactora. Pero hoy conocemos que su fundador, Yvon Chouinard, ha llevado un paso más allá su concepto de producción responsable regalando toda su empresa –que según se estima alcanza un valor de 3.000 millones de euros–, en un intento de hacer frente a la crisis climática.
“Ha pasado medio siglo desde que iniciamos este experimento”, dijo Chouinard, de 83 años, en su comunicado. "Si tenemos alguna esperanza de habitar un planeta próspero dentro de 50 años, es necesario que todos hagamos todo lo que podamos con los recursos que tenemos. Como líder empresarial que nunca quise ser, estoy haciendo la parte que me toca. En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en riqueza, estamos utilizando la riqueza que genera Patagonia para proteger la fuente. Estamos convirtiendo a la Tierra en nuestro único accionista. Me tomo muy en serio lo de salvar el planeta".
Chouinard y su familia han cedido el 98% de sus acciones de Patagonia a una organización sin ánimo de lucro de nueva creación, denominada Holdfast Collective, que recibirá a partir de ahora unos 100 millones de euros al año, lo que comprende todos los beneficios de Patagonia que no se reinviertan en la propia empresa. El dos por ciento restante de sus acciones se ha transferido a un fideicomiso, cuyo objetivo es garantizar que la empresa se mantenga fiel a sus objetivos y valores.
La marca de ropa de aventura, que obtuvo la certificación B-Corp en 2012, seguirá donando el 1% de todas sus ventas anuales al activismo medioambiental. Por su parte, Holdfast Collective dedicará todos sus fondos a “proteger la naturaleza y la biodiversidad, apoyar el desarrollo de las comunidades y luchar contra la crisis medioambiental”.
Fundada por Chouinard –un antiguo escalador– en Ventura (California) en 1973, Patagonia ha sido pionera en el sector durante los últimos 50 años. La empresa donó por primera vez el 10% de sus beneficios a organizaciones dedicadas a salvar o restaurar hábitats en peligro en 1986. La marca nunca ha temido ir contracorriente y, en 2011, publicó un anuncio en el New York Times con motivo del Black Friday con el siguiente lema: “No compre esta chaqueta”. En vísperas de las elecciones estadounidenses de 2020, Patagonia sacó a la venta unos pantalones cortos con el lema “Vota para echar a los gilipollas” escrito en la etiqueta.
Con la emergencia climática cada vez más encima, Patagonia y Chouinard han reformulado radicalmente la forma de hacer negocios. Ojalá que otras empresas de la industria de la moda, y más allá, sigan de inmediato su ejemplo.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk. Traducción y adaptación: Esther Giménez.
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