Tres vestidos de novia vintage marcaron la boda en Halloween de Tish Weinstock en el castillo de Belvoir
Bodas

Tres vestidos de novia vintage marcaron la boda en Halloween de Tish Weinstock en el castillo de Belvoir

Chris Lensz

Invitados como Kate y Lila Moss, Adwoa Aboah e Ivy Getty celebraron el enlace de la exeditora de Vogue con el estilista Tom Guinness, una bacanal gótica de tres días celebrada a finales de octubre en el corazón de Inglaterra

Sobra decir que lo de bajar el tono nunca estuvo entre los planes de Tish: "Tení claro que quería todo muy gótico, con un rollo a lo Miss Havisham", dice sobre su vestido para la ceremonia, que implicó una visita al estudio de Jane Bourvis en Notting Hill, una cueva de Aladino de exquisitos encajes vintage y tejidos antiguos. "Ninguno de los vestidos que había me convencía", cuenta la novia, que consiguió convencer a Bourvis de que le hiciera una pieza a medida: "Sé que no haces vestidos desde cero, pero, por favor, tienes que hacérmelo".

El vestido de novia vintage de Tish fue una confección a medida de Jane Bourvis, elaborada con un exquisito encaje antiguo.

Chris Lensz

A partir de un pliego de encaje de Normandía que Bourvis había adquirido en una subasta se confeccionó el cuerpo del vestido, al que se añadió más encaje antiguo reutilizado para crear las espectaculares mangas. "Se basa sobre todo en Morticia Addams, que es mi icono de estilo, ¡por supuesto!", dice Tish. Un impresionante velo de estilo años 30 puso el toque definitivo: "La mayoría de los velos se sujetan con un pasador en la parte de atrás, pero yo me fijé en una novia maravillosa que vi en Jean Paul Gaultier que llevaba el velo con dos pasadores a cada lado de la cabeza. Eso es lo que hicimos y estoy muy contenta con el resultado", dice Tish, encantada de poner su sello personal en su vestido de novia: "Pude participar mucho en el diseño y eso no me lo esperaba", dice. "Fue fruto de la colaboración, una colaboración increíble".

Tish dejo a un lado la tradición para poder contar con el consejo profesional de su novio (cuyo look nupcial, creado por él mismo, incorporaba prendas de Margiela56  de John Galliano y Wales Bonner): "Sé que se supone que da mala suerte, ¡pero lo vio en calidad de estilista! Pero luego quiso meterse demasiado, en plan: "Vale, póntelo con los zapatos de Loewe. Al final, Tish se decantó por el modelo de zapato más codiciado (o casi) de la temporada: unas bailarinas de Miu Miu. “De repente me visualicé tropezando con los tacones”, explica. "Me siento mucho más segura con ellos".

Siguiente parada, un espectacular vestido de novia vintage de la colección de otoño-invierno 2009 de John Galliano –titulada Beautifully Iced Maidens– para el cóctel posterior al enlace. Tish estaba echando un ojo a Instagram a altas horas de la madrugada cuando vio el vestido en el feed de Shrimpton Couture y se puso en contacto de inmediato con su fundadora, Cherie Balch: “Le dije: ‘¡Necesito este vestido!’. Creo que mucha gente lo quería, pero Cherie fue un amor. Me dijo: ‘Es tuyo’”. 

La propia Balch describe la pieza como un "santo grial" para los amantes del vintage: "Aunque se trataba de una colección de prêt-à-porter, los vestidos finales del desfile se hicieron en los ateliers de París, y el bordado de pedrería se hizo en Lesage", nos cuenta. "El desfile se cerró con siete vestidos apodados las 'princesas de hielo ucranianas', y este es quizás el más reconocible de todos ellos. Cuando Tish lo vio y me dijo que lo quería para su boda, supe que estaba hecho para ella. Es un vestido extraordinario para una mujer extraordinaria".

El vestido de John Galliano de otoño/invierno de 2009 que llevó Tish después es una codiciada rareza para los amantes de la moda.

Chris Lensz

Para el gran día, Tish combinó el vestido de Galliano con un par de zapatos vintage de Dior y le quitó el forro: “Para ser un naked dress, es lo más de lo más, pero no sería yo sin cierto elemento de desnudez", afirma la periodista. Unas dramáticas extensiones de pelo estilo sirena inspiradas en Rosalía –obra de Alex Brownsell, íntimo amigo de Tish y cofundador de Bleach London– preservaron el pudor de la novia. Y para la fiesta que siguió a la cena en el sótano del castillo –transformado en una "extraña mazmorra gótica" por el escultor y favorito de Glastonbury Joe Rush–, Tish eligió un vestido de pedrería y corte al bies de Galliano para Dior, adquirido por Timeless Vixen (se dio la feliz sincronía de que el forro con corsé del vestido de Dior sirvió como un perfecto disfraz de Julieta para la novia en el concurso del pub).

El domingo, los invitados se trasladaron a Frog Hollow, un pintoresco merendero en la finca Belvoir, para aplacar la resaca con un sabroso brunch. Para la ocasión, Tish lució un vestido hecho a partir de un mantón de manila suprarreciclado, firmado por su amigo e invitado, el diseñador Conner Ives. “Está cortado al bies y con la espalda descubierta, es una pasada”, dice la novia, que añadió al conjunto un abrigo vintage de Paco Rabanne "enorme y calentito" y unas botas de agua. "Me lo pasé genial contruyendo los looks. La ropa es mi pasión, ¡es una adicción terrible!".

El último look de la novia fue un Christian Dior vintage de John Galliano, adquirido en Timeless Vixen.

Chris Lensz

Pese a la espectacularidad de los looks nupciales, del maquillaje y la peluquería dignos de pasarela y de las muchas y elaboradas experiencias que ofreció la boda (incluidas salvas con los cañones del castillo después de la cena), Tish asegura que no es de las que llevasen años imaginando cómo sería este día. Tom le propuso matrimonio hace tres años en Le Manoir aux Quat'Saisons, cuando estaba embarazada de ocho meses de su niño, Reuben. "Sabía que lo haríamos en algún momento, pero nunca me preocupó mucho la boda en sí", dice Tish. "Eso sí, me apetecía mucho dar una fiesta muy mágica".

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk. Traducción y adaptación: Esther Giménez.