Análisis

Ir de blanco a una boda: ¿sigue prohibido este color en los vestidos de invitada?

Analizamos con ayuda de una asesora de imagen, una experta en protocolo y una wedding planner en qué punto se encuentra esta polémica elección de estilo
Ir de blanco a una boda
Rachpoot/Bauer-Griffin

Ir de blanco a una boda: ¿sigue estando prohibido?

Pueden llegar a pasar desapercibidos, pero siempre están ahí. He asistido a varias bodas en los últimos meses (incluida la mía) y entre la multitud de diseños de colores que visten las convidadas siempre se cuelan algunos vestidos de invitada blancos. En enlaces clásicos, en celebraciones más creativas y excéntricas o en ceremonias civiles, sea cual sea el escenario, a veces sucede que una de las asistentes escoge el blanco o cualquiera de sus tonalidades derivadas para acudir a ese ‘sí, quiero’. Y es entonces cuando se desata un debate entre los presentes: ¿por qué no ha elegido otra gama cromática? ¿Se habrá dado cuenta la novia? ¿Le molestará? ¿Es para tanto este revuelo? Estas mismas preguntas se las trasladamos a tres expertas para resolver una de las grandes dudas de moda que existen en torno al sector nupcial. ¿Estará cambiando la perspectiva respecto a la cuestión? Lo analizamos con ellas.

Lo que dicen las normas de etiqueta

Salvo en contadas ocasiones, ir de blanco a una boda sigue estando prohibido. Es lo que nos explica Gemma González Events, organizadora de bodas y eventos, experta titulada en Protocolo por la Escuela Diplomática de Madrid, profesora de la Escuela Internacional de Protocolo y miembro de la Associació Catalana de Protocol i Relacions institucionals. “Mi opinión es que hemos de evitar cualquier look que eclipse a la novia. Habrá muchos eventos en los que podamos lucir el blanco y por tanto, lucirlo en una boda es incorrecto desde el punto de vista de etiqueta y, sobre todo, es de mal gusto, dado que es la novia la única que tiene el privilegio de lucirlo en su boda”, señala.

Sandra Rosa Collection

Cortana

Galcon Studio

Joplin Atelier

Con ella coincide Rosa Iglesias, fundadora de El Estilario, formadora y asesora de imagen personal con una amplia comunidad digital, quien recuerda que esta norma de estilo sigue vigente porque las bodas tienen unos personajes principales y otros secundarios. “La misma norma protocolaria indica que es su fiesta, la fiesta en la que la novia es protagonista. Y por esa razón, como en cualquier evento, no se debe brillar más que la anfitriona”, sentencia. A lo que respondemos, ¿hay otros tonos, en línea con el blanco, que no resulten tan polémicos? “En mi opinión, toda la paleta de los blancos está vetada. Dejaría como excepción los topo, los rosas empolvados o pasteles similares. Pero no contemplo ninguno de los blancos (roto, beige, crema, nude, etcétera)”. Puede entenderse si se tienen en cuenta las palabras de Gemma González: “He visto a madrinas en color nude muy clarito que cuando han entrado en la iglesia y a contraluz, parecían la novia”.

Los novios marcan la pauta: no todo es blanco o negro

Pero, ¿tanto puede ofender un vestido blanco en una boda? Mila’s Weddings, wedding planner en Andalucía, nos indica que todo depende de los ojos que miren y, también, de quién lo lleve. “En muchas bodas, las abuelas optan por una paleta de tonos crudo, porque se ven más favorecidas así y las novias no se dan cuenta. Simplemente están felices por su compañía”. Sin embargo, no todas las situaciones son iguales. “Reconozco que he tenido algunas ‘crisis’ en bodas, a las que luego les hemos restado importancia, pero que en su momento fueron una incomodidad para la novia y su familia, porque cierta invitada fue de blanco y para un sector de los seres queridos de la pareja fue percibido como afán de protagonismo”, recuerda. Aunque admite que hay excepciones: “también hemos tenido parejas que han querido que todos sus invitados fuesen de blanco, como ellos. Es algo habitual en bodas en la playa”.

Bleis Madrid

Violeta Vergara

Satela

Sí, los novios son los encargados de conceder esa suerte de autorización para ir de blanco y existe una tímida pero creciente oleada de parejas que aceptan el blanco entre aquellos invitados que, de buena fe, preguntan. Ante la duda, mejor seguir el consejo de Rosa Iglesias: “llevaremos el blanco únicamente en caso de que la novia indique que no irá vestida de blanco y deje abierta esa posibilidad a las invitadas o que expresamente pida a sus invitados que vayan vestidos de este color”.

Algunas soluciones de estilo: siempre puedes añadir un toque de blanco

En torno al blanco no todo son prohibiciones. “Es importante distinguir entre vestir de blanco o llevar algo blanco. ¡No es lo mismo!”, reconoce Gemma González. “Una falda midi con una camisa blanca es un look muy utilizado en bodas de día y de campo y será correcto si la falda es tan potente en color y forma como para poner el foco en ella y si el look va acompañado de unas joyas con protagonismo que lo equilibren”, aconseja.

Laagam

Is Coming

Para Rosa Iglesias, el toque claro debemos ponerlo en esas piezas extra que suman al look o apostar por un print especial que nos permita distinguirnos de la novia. “Se puede llevar si es como color accesorio. Tanto si va en los complementos, como si forma parte secundaria de los colores del look. Por ejemplo, en un vestido de fondo blanco y estampado en algún otro color”. Entonces, si en las bodas tradicionales no está permitido el blanco ¿para cuándo reservar este tono? “Aprovecharía las posibilidades en ceremonias religiosas como comuniones y bautizos, por ejemplo. O para eventos tipo cóctel en primavera y verano. Existen trajes de chaqueta en este color que resultan muy interesantes”. En conclusión, nos quedamos con la idea de que, en las bodas, siempre será mejor consultar antes que arriesgarse.