Todo lo que se esconde detrás de la tristeza postboda
Suelen avisarte antes de casarte, pero lo cierto es que, hasta que todo termina, no alcanzas a ver a qué se referían aquellas advertencias. Y es que hablar de la tristeza que vendrá después de la boda es mucho más apropiado que llamar a esa sensación por su (no muy acertado) nombre popular: depresión postboda. Lo he visto en mis amigas, en mi entorno y en mí misma, porque cuando has pasado por el altar, se apodera de ti la melancolía y la nostalgia te invita a pensar por qué no podrá repetirse ese día tan especial, en el que se juntan tantas personas diferentes y que has organizado con todo el cariño. Es una reflexión normal, lo que no lo es tanto es que esos pensamientos se extiendan durante días, que formen parte de nuestra rutina y que, de repente, todo sea oscuro y sombrío. Ahí comienza el problema propiamente dicho. Entonces, ¿qué se considera estándar y qué puede ser preocupante? Para desgranar las claves de este fenómeno, que puede terminar en un trastorno (si la persona que lo padece no sabe cómo salir de él), consultamos a dos psicólogos cómo se produce y cómo superarlo.
¿Qué es y qué provoca?
“Primero, es importante mencionar que este concepto conocido como ‘depresión postboda’ no se debe confundir con un trastorno del estado de ánimo severo, sino más bien una sensación de tristeza y melancolía que tanto hombres como mujeres pueden experimentar después de casarse", introduce Alejandro Galiani Mejías, psicólogo del Centro Psicosanitario Galiani. Es este profesional quien nos adelanta que, en una encuesta realizada a 9.000 mujeres, se encontró que un 40% de ellas experimentó este vacío postboda y síntomas de angustia, tras el gran día. Apunta que este fenómeno en la mayor parte de los casos es breve y que surge el día siguiente al enlace o al regresar a la rutina, después de la luna de miel. “Por lo general, se produce debido a diversos factores, entre los que se encuentran: sensación de vacío tras la boda, dificultades para adaptarse al nuevo estatus, expectativas incumplidas o tener que adoptar nuevos roles y responsabilidades. También puede aparecer porque la pareja ha pedido un préstamo económico para lograr tener la boda de sus sueños y en cuanto se acaba la celebración tienen que lidiar con las preocupaciones que conlleva tener una deuda”, explica Alejandro Galiani.
“Una boda es equivalente a ilusión, celebración, amor... En definitiva, es una motivación, o lo que es lo mismo un motor que hace que nuestro cerebro sienta bienestar cuando pensamos en ello, cuando nos imaginamos, cuando visualizamos ese día. Añadimos a esto que el cerebro busca alicientes o recompensas que, si son en forma de reto o de acciones que le generan bienestar, le van a gustar mucho más”, añade, desde un enfoque técnico, Patricia Flor Arasil, directora del centro psicología de nombre homónimo. Y profundiza: “ahora bien, ¿qué ocurre cuando conseguimos ese reto o recompensa? Que la dopamina, también conocida como la hormona de la felicidad, deja de liberarse, y podríamos entonces sentir esa tristeza, ese no saber qué hacer, porque hemos estado durante un tiempo determinado con la capa de 'me voy a casar y estoy preparando la boda’ puesta. ¿Y ahora qué?”.
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Es así como nace el vacío postboda, que puede traducirse, según los expertos, en aburrimiento, tristeza, pérdida de energía, necesidad de estar solo, angustia, alteraciones del sueño, sensación de vacío o soledad, pérdida del interés y del apetito, entre otros síntomas. Y, la pregunta del millón: ¿su nacimiento podría estar relacionado con otros problemas previos? Desde el Centro Psicosanitario Galiani cree Alejandro Galiani que sí: “puede haber una relación entre la aparición de este decaimiento postboda y que previamente a la celebración existiera un desajuste a nivel emocional por otros motivos diferentes de la cotidianidad”. No obstante, no es imprescindible, en la visión de Patricia Flor: “no necesariamente tendría por qué haber otros problemas de fondo”.
¿Puede prevenirse?
Aunque no es algo que suceda a todos los recién casados, hay quienes se preguntan cómo evitar llegar a ese punto. Cuando consultamos a Patricia Flor acerca de la prevención de este vacío postboda, nos recuerda que enfocarse en los recuerdos bonitos propios del proceso y del día de la boda, ayudará a progresar en positivo y también a visualizar el reto que le seguirá: “¿cuál será vuestro siguiente sueño en pareja?”. No obstante, su compañero de profesión no lo ve tan claro. "Es importante entender que no podemos pretender prever todas las circunstancias emocionales por las que tendremos que ir pasando a lo largo de nuestra vida. Esto nos llevaría a tener constantes anticipaciones que nos generarán pensamientos negativos y derivará en intranquilidad, inseguridad y miedo a lo que pueda ocurrir".
Claves para cambiar este estado de ánimo
Si nos hemos visto sorprendidas por la llegada del vacío postboda, ¿qué hacemos? Es la pregunta que hemos planteado a ambos psicólogos y ellos nos han brindado su lista de tareas (y rutinas) más eficaces para que quienes se encuentren en este escenario puedan superarlo.
"En el hipotético caso de que nos encontremos en plena depresión postboda, mi recomendación sería buscar nuevas motivaciones que logren activar las hormonas de la felicidad de manera natural:
- Muévete.
- Ten una rutina diaria.
- Una dieta equilibrada con alimentos ricos en triptófano (pavo, pollo, huevos, queso, pescado, nueces y semillas, tofu y legumbres).
- Apuesta por el descanso y por la vida social (saludable, ojo).
- Medita o haz yoga.
- Realiza actividades que te gusten.
- Dedica 10 minutos ‘al solete’.
- Date un masaje de vez en cuando.
- Da muchos abrazos.
- Come chocolate negro.
- Baila, camina, escucha música…
- Acepta tus sentimientos. Es importante permitirnos sentir aquellas emociones que aparezcan. No te juzgues, no te culpes ni te reprimas. Observa tus emociones y gestiónalas para poder ajustarlas.
- Cread emoción en vuestra rutina de pareja.
- No olvides que tu pareja puede ser tu mejor apoyo. Explícale cómo te sientes y qué necesitas. La comunicación no solo te ayudará a procesar tus emociones, sino también a fortalecer el vínculo y evitar malentendidos.
- Cambia de perspectiva. Es importante plantear que la boda no era la meta, sino el inicio del camino. Céntrate en construir esta nueva etapa en pareja. Genera nuevos proyectos y propósitos, individuales y compartidos, y dedica tu tiempo a aquello que te haga sentir bien.
- No descuides a las personas significativas en tu vida. Permítete desarrollarte dentro y fuera de la pareja y no sentirás que ha cambiado lo que tenías y cómo eras previamente.
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No obstante, sobre buscar ayuda profesional, Alejandro Galiani señala que, si la situación persiste dos semanas después de la boda, sería necesario recurrir a un psicólogo. Patricia Flor lo aconseja si el fenómeno se alarga más de un mes. Antes, posiblemente el mejor mensaje para no llegar a adentrarse en la tristeza postboda sea comprender que, tras el enlace, quedan muchas otras aventuras por experimentar, emocionantes y novedosas, ahora multiplicadas por dos. “Lo fundamental es trabajar en encontrarnos ajustados a nivel emocional de una manera global, a través de nuestro autoconocimiento y autogestión emocional, para poder afrontar las diferentes situaciones que surgirán en nuestras distintas etapas vitales”, concluye Galiani.
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